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Herramientas creativas en Psicología


En las últimas décadas, en el común de las personas la creatividad no es una palabra que esté presente frecuentemente en nuestro día a día. Desde hace tiempo observo que, por lo general, el arte y la creatividad están asociados al mundo de la infancia y, en los adultos, a aquellas profesiones de índole artístico. Por lo tanto la creatividad se relega a los niños y a determinados tipos de trabajo. Visto desde ese punto de vista, pareciera que solo podemos disfrutar de la creatividad durante un breve periodo de tiempo en nuestras vidas, ya que posteriormente queda relegada a unos pocos privilegiados (por su actividad profesional).


Afortunadamente esta concepción ha ido cambiando y cada vez son más las empresas que demandan personas que tengan desarrollada su creatividad y que buscan resolver sus problemas de una forma diferente. También la valoración de la creatividad ha ido creciendo en el ámbito educativo y en las ciencias sociales. Aunque todavía nos queda un gran camino por recorrer. Una de las charlas TED con más visualizaciones es la del recientemente fallecido Sir Ken Robinson: “Las escuelas matan la creatividad”, quien afirmaba la extraordinaria evidencia de la creatividad humana.


Las herramientas creativas en psicología son recursos artísticos. Los que yo utilizo fundamentalmente son: la pintura, la escritura, el collage, la arcilla, además de las visualizaciones y el movimiento corporal. No se trata de utilizarlos “porque si”, su uso tiene un propósito, una intención, un “para qué”. En su libro “Entrenamiento en Gestalt”, Eduardo Carabelli, director del Centro gestáltico San Isidro, la escuela donde me formé como Terapeuta Gestalt dice: “Utilizamos los recursos artísticos como “otros lenguajes” que convocan otros aspectos de la experiencia del paciente, movilizando la misma historia que se cuentan una y otra vez, la misma forma de reaccionar, los mismos recursos a los cuales apela, pero al mismo tiempo, contemplarla desde un ángulo diferente. No es lo mismo relatar la imagen que tengo de mí que construirla en arcilla. No veré - otra vez- la misma historia”.

Esos “otros lenguajes” te ofrecen la posibilidad de adentrarte en tu propio mundo interno y de contactar con tus propios recursos. Y también de contarte tu propia historia de una nueva manera, con un nuevo punto de vista, tal vez más creativo e innovador. Así como la metáfora de la escultura de Miguel Ángel: “la estatua ya está dentro de la piedra, hay que eliminar todo el material que sobra”, tú puedes ser el escultor de tu propia vida y sacar lo que ya no te sirve, pulir las zonas que están rugosas y darle brillo a lo que deseas expresar.


No hay reglas ni recetas sobre el uso de las herramientas creativas, ni hay una herramienta mejor que otra. Existe la propuesta adecuada para cada situación y persona. Por eso el trabajo es profundamente artesanal y personalizado.

Cada herramienta tiene unas cualidades propias. A continuación voy a exponer algunas características particulares de las cuatro herramientas que nombré anteriormente.


En rasgos generales, la pintura te ofrece entrar en el lenguaje del color, la forma, la imagen. Pat B. Allen dice que “pintar es permitir a los sentimientos manifestarse a través del color”. Al pintar empleamos otra área del cerebro diferente a la razón, de modo que bajar un poco el volumen a esta parte más racional, permite que emerjan otras áreas humanas sumamente valiosas como la intuición, la sensibilidad y la conexión con las emociones.

La escritura es la herramienta más cercana al lenguaje, a nuestra parte más racional. La expresión escrita nos invita a expresar en palabras y darle un orden a los pensamientos, emociones y vivencias. La escritura creativa permite ampliar el punto de vista de las situaciones y construir nuevas realidades.

La arcilla es un material que proviene de la tierra, por lo que permite todo tipo de asociación con la tierra de base y sostén. Es un material que tiene consistencia y que es maleable, por lo que permite trabajar la concreción y la transformación. Dice Pat B. Allen: “La escultura es el proceso de dar forma tridimensional a nuestra experiencia”. Son innumerables los trabajos que pueden realizarse con esta herramienta.

El collage es un recurso bastante presente en el ámbito educativo. Permite aprovechar imágenes ya dadas para una construcción personal, lo que supone una manera interesante de incluir al entorno.

El abanico es enorme y precioso. Y el trabajo con las herramientas supone un proceso de transformación y sanación y, al mismo tiempo, de desarrollo de la creatividad.



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